Sé leal, sé valiente,
aguanta.
El resto es oscuridad.
(Stephen King – It)
La aldea no duerme. En el desierto
nadie duerme de veras.
La patrulla irrumpe en el caserío cuando está amaneciendo y la luz es tan frágil como las sombras, el resultado de la contienda entre ambas no parece decidido todavía. Es un instante de confusión para los sentidos y la mente, parecido al de la duermevela. Sin embargo, la arena congelada volverá a arder apenas suba el sol, cuando la luz sea tan plena y blanca que apenas se distingan las siluetas de las casuchas y las de sus moradores. La arena hierve con una facilidad y con una rapidez asombrosa, igual de rápido se vuelve de hielo cuando anochece. Es un ritmo mágico que fascina al Invasor 8, lo único que vale la pena admirar en ese infierno.