Puedes ver los avisos por contenido sensible al final de este post
El Fenghuang
por Millie Ho
Notaba la piel dolorida y febril bajo los dedos, como siempre lo estaba durante unos días después de regresar de entre los muertos. Candice deshizo las vendas alrededor de su cabeza y peló las costras que le picaban detrás de las orejas. Tembló ante el recuerdo de su regeneración: los huesos carbonizados regresando a su posición con un chasquido, la piel en carne viva extendiéndose sobre los nervios expuestos; el primer bombeo de sangre al atravesar su cuerpo renacido siempre lo sentía como si ácido ardiendo la abrasara de dentro a afuera. Miró por la ventana de la habitación del hospital y observó cómo los ferris derramaban a los trabajadores que regresaban a la isla de Hong Kong. Deseó ser uno de ellos; en realidad, cualquier otra persona.
La puerta se abrió. Su madre, todavía vestida con su uniforme de camarera, apareció en el reflejo detrás de ella. Sonrió vacilante cuando vio que Candice estaba fuera de la cama.