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lunes, 21 de diciembre de 2020

Capítulo #23 - Olivina y lluvia, de Laura Anne Gilman

 

Olivina y lluvia

por Laura Anne Gilman

Nunca sabemos cuándo llegará el mercado, aunque viene dos veces al año; una extensión de tres días, o cinco, o siete o nueve, pero nunca más. Por la noche, el sonido de la madera, el clavo y la rueda giratoria en los campos que nunca se aran, nunca se dañan, en los que no crecen las moras salvajes, y por la mañana el mercado está allí, los puestos y las tiendas en hileras trilladas, un laberinto de todas las cosas que el alma desea.

Tres días, o cinco, o siete o nueve, y después desaparece.

martes, 15 de diciembre de 2020

ESPECIAL VERKAMI - Lectura en directo de "Mujeres soñando con el amor mientras son observadas por un ser inmortal", de Gabriela Damián

Durante nuestra campaña de Verkami para financiar el segundo año del protecto realizamos la lectura de este relato inédito de una de nuestras autoras, Gabriela Damián, en compañía de un grupo de mujeres talentosas en nuestro canal de You Tube. Aquí ponemos a vuestra disposición el texto del relato.




Mujeres soñando con el amor, mientras son observadas por un ser inmortal

por Gabriela Damián 

Miro a la que soy dibujada en el interior de mis párpados con tanta claridad que no pareciera un sueño. Me veo sentarme sobre la esterilla y desnudarme, capa por capa caen al suelo las doce mangas de las doce túnicas de seda colorida, producen un suave bisbiseo. La luz de la luna se filtra por los muros de bambú y papel que me guardan del resto de la casa, soy una figura de porcelana líquida. Me tiendo, duermo. Todo está en silencio, excepto mi rostro. En sus expresiones adivino los placeres que recibo de mi amante, una danza invisible en el misterioso paraje del sueño: la boca entreabierta y húmeda, la nariz frunciéndose con un mohín de gozo, las cejas arqueadas en un gesto dulce. Mis manos quieren asir las manos ausentes. Quizá los diez dedos logran entrelazarse en el sueño, pero yo sólo me veo apretar mi propia carne. Cuando amanece y el cielo se tiñe de rosa, las dos pinceladas negras que son mis párpados se abren. Por un instante veo a quien me ve dormir. Me veo a mí. Y entonces despierto, esta vez de verdad. La visión me asusta, me confunde. ¿Será alguna clase de mensaje? ¿Un presagio de muerte? Resuelvo convertir mi angustia en un objeto que pueda observar, estudiar, comprender. Un jarrón, pintado por la mejor artista, para contemplarlo. Lo podría romper, de ser necesario, si resulta que esto es un maleficio. Lirio, mi más querida, entra a la habitación para vestirme y cepillar mi pelo. Cuando termina de acicalarme pienso que el miedo se ha disipado, pero al poner el espejo de bronce delante de mí, cierro los ojos para no ver mi reflejo.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Capítulo #22 - Electric Geisha, de Duchy Man

 

Electric Geisha

por Duchy Man  

                                                                                                        Para Maia

Abrió las treinta y dos cajas de laca,  metidas una dentro de la otra hasta el infinito. La última, cubierta por un paño dorado sobre el piso negro,  apenas fue tocada. Tenía los dedos pintados de rojo. Siguiendo las severas órdenes enunciadas desde la puerta trasera, sólo debía yacer sobre su espalda y dejar que las manos ajenas  le corrieran encima.

 

La cuchilla descendió  varias veces, dejándolo todo azul en el hueco de la axila.

Ilustración realizada por la autora